El Águila, como símbolo, fue utilizado desde la antigüedad, los reyes de Persia la emplearon como insignia, en Egipto fue un ave sagrada dedicada al sol; en Grecia era el emblema de Zeus, y entre los Druidas el símbolo de Dios Supremo.
El
Águila simboliza al hombre sabio que es capaz de contemplar la luz de la VERDAD
sin los miedos que aquejan a los mediocres, porque el Águila es el único animal
que puede mirar la luz del sol fijamente, sin pestañar.
Puede representar la capacidad de elevarse por encima de las limitaciones terrenales y alcanzar un nivel superior de conciencia o espiritualidad.
El cuerpo fuerte y fornido del águila representa la aptitud necesaria para realizar nuestro trabajo en la tierra, mientras que sus alas simbolizan la exaltación espiritual. Las alas semi-desplegadas indican que siempre debemos estar listos para volar y continuar creciendo en todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo la perfección material, intelectual y espiritual.
Tomando como ejemplo el renacimiento que experimenta el águila a cierta edad, debemos considerar la posibilidad de aplicar una metamorfosis en nuestra propia vida para recuperar tanta energía y tiempo como sea posible. Así como el águila eleva su cuerpo y se retira a la soledad de las alturas para cambiar sus garras y pico, nosotros también debemos buscar la renovación y el cambio para prolongar nuestra vida útil.
El águila bicéfala es un tipo de águila muy particular, ya que el hecho de tener dos cabezas en un solo cuerpo representa la dualidad, la unión de opuestos o la armonía de fuerzas contrarias. Puede simbolizar la conciliación de aspectos opuestos de la vida, como el bien y el mal, el cielo y la tierra, el sol y la luna, entre otros. También pueden interpretarse como una representación de la unión y la conexión. Puede simbolizar la unión de dos fuerzas complementarias o incluso la fusión de dos entidades separadas en una sola. La transformación en águila bicéfala ocurre cuando vuela a través del cielo zodiacal de Géminis, siendo afín a la deidad romana de Jano.
Esta enorme ave, con su pico afilado e intensa mirada, se encuentra presente en diversas cosmogonías como un símbolo de poder y dominio. La presencia de dos cabezas enfatiza aún más esta idea, representando un mayor grado de autoridad o poder dual. Se asocia con la realeza, el liderazgo y la supremacía, desde los sumerios hace más de 5000 años, como en la de los chamanes de Siberia, en la cultura Azteca junto con la serpiente emplumada y en la de los antiguos pueblos de Asia Menor. Los emperadores del Sacro Imperio Romano incorporan el águila bicéfala en su escudo de armas como un símbolo de su poderío. En el Imperio Bizantino, el águila bicéfala apareció por primera vez después del siglo XII y fue adoptada por la nobleza, así como por las casas imperiales de Rusia, Serbia, entre otras.
La corona que se encuentra sobre las dos cabezas se interpreta como un testimonio de triunfo, y según Jung, es un emblema de la transmutación espiritual de lo instintivo. La corona representa un tercer elemento que contiene a los dos principios antes en conflicto (espíritu e instinto), los cuales se reconcilian en ese momento.
En el águila bicéfala, debemos interpretar el doble aspecto de nuestra mente: uno por el lado humano, que incluye nuestras realizaciones terrenales, deseos de superación, satisfacciones, logros obtenidos, saber, conocimientos, etc. Y por el otro lado, lo sublime, que abarca nuestro esfuerzo e interés en acercarnos a la virtud, la satisfacción del alma, nuestro estado superior.
El Águila Bicéfala consta de dos cabezas, una que representa el progreso y la otra el orden. Una cabeza mira hacia el infinito del pasado, mientras que la otra mira hacia el infinito del futuro, lo que muestra que el presente es solo una línea fina de contacto entre dos eternidades.
El Águila Bicéfala es el símbolo distintivo de los Supremos Consejos de la Masonería. El escudo es el águila bicéfala, blanca y negra, lo que representa la dualidad y contraposición de los colores en su simbología. El blanco simboliza la luminosidad y la luz, mientras que el negro representa la materia primordial y la Tierra.
Cada cabeza mirando hacia cada lado simboliza que debemos estar atentos a todas las circunstancias, observando nuestro pasado para corregir y mirando hacia el futuro para evitar errores. Ambas cabezas están coronadas por un triángulo radiante en cuyo centro se encuentra el número 33. El Águila se representa con las alas desplegadas y sosteniendo entre sus garras una espada en posición horizontal, cuyo puño se mantiene a la derecha.
De la espada pende una cinta en la que se encuentra escrita la divisa "DEUS MEUMQUE JUS", que significa que el hombre debe disfrutar de todos sus derechos como ser humano, sin restricción alguna.
Las
garras sujetando con firmeza la espada recta representan la fuerza y potencia
de nuestra rectitud en toda lucha para mantener bajo control cualquier impulso
y actuar siempre con justicia, sin usar la violencia y mantener la paz.