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Mostrando entradas de 2013

Libertad

La palabra Libertad proviene del latín libertas, que designa la condición del hombre libre, responsable de sus actos, y capaz de obrar según su propia voluntad.   Muchos se creen libres por no estar en la cárcel o ser esclavos. Ese pensamiento bipolar, en el que las cosas son sólo blancas o negras, ayuda a tranquilizar la conciencia. Pero, interiormente sabemos que no es así y que no somos todo lo libres que quisiéramos, pero como aún estamos dentro de nuestra zona de confort, nos vamos acostumbrando a la perdida de libertad, como la rana al agua cada vez más caliente.   Si bien se ha abolido, en gran medida, lo que antiguamente se denominaba esclavitud, continua el sometimiento a otra persona, sin opción a réplica, como una manera sutil de sumisión y ciertamente una pérdida de libertad.   También entran en esta categoría los esclavos de las ideas de otros, como los fanáticos, que han perdido la capacidad de disentir, o los adictos cuyo único deseo es el de satisfacer una necesidad

EL AVE FENIX

El Fénix es una criatura fantástica que simboliza lo mismo en todas las culturas: la inmortalidad y la resurrección. Además, representa la esperanza de que nunca deba morir en el hombre, la posibilidad de comenzar de nuevo después de haber perdido todo y la necesidad de cerrar un ciclo para comenzar una nueva vida.   El Fénix es un ave mitológica del tamaño de un águila, con plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, un fuerte pico y garras. Se dice que es un ave fabulosa que se consume en llamas cada 500 años para luego renacer de sus cenizas. El mito del ave Fénix ha alimentado varias doctrinas y concepciones religiosas sobre la vida después de la muerte, ya que el Fénix muere para renacer en toda su gloria. Ha sido mencionado por sacerdotes egipcios, griegos y escritores latinos.   Se le ha asociado con las crecidas del Nilo, la resurrección y el Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación y la inmort

Fraternidad

Etimológicamente la palabra fraternidad proviene del término latino frater , hermano, y por consiguiente, al hablar de fraternidad hablamos de hermandad; esta acepción implica un origen común, que va más allá del biológico o sanguíneo. No alcanza la amistad, ni el amor o estar unidos por un objetivo común. Los hermanos no necesitan ser amigos, ni coincidir en sus ideologías.  Somos hermanos al tener la misma madre, al compartirla. El requisito básico es la aceptación del origen común de sus miembros, cualidad ésta que solo es lograda y reconocida en aquellas fraternidades de tipo iniciático, pues la Iniciación es renacimiento. Mediante el renacimiento queda anulado el haber salido del vientre de la madre “ real ” de uno y se encuentra una nueva madre espiritual.  La fraternidad es, en sí, la madre. Hay otra característica distintiva de las fraternidades, es el cumplimiento de un ritual , que perpetúa y recuerda a sus integrantes su origen común, su comunidad de ideas y objeti

JAKIM

El nombre de Jakim recurre a nosotros por 2 razones, en primer lugar porque alude a la letra J inserta en la columna levantada a la derecha de la puerta del Templo de Salomón, con la cual se corresponde la columna J de la Logia masónica. La segunda por el nombre del sacerdote que ofició la consagración de dicho templo. Al igual que en los antiguos templos, a la entrada del Templo del Rey Salomón, Hiram construyó dos inmensas columnas de bronce que no formaban parte de la estructura del templo, puesto que su función no era sostener la edificación, no eran “portantes”, no tenían utilidad práctica. Eran columnas entorchadas, con fuste de forma helicoidal, ubicadas afuera, en la entrada del templo. Desde tiempos remotos, la entrada de los lugares sagrados han sido custodiados por dos pilares, ya que representan una importante puerta de entrada o paso hacia lo desconocido. También era típico de la arquitectura fenicia tener columnas independientes y decorativas. Eran imitaciones de las gran

EL CONCILIO DE NICEA

A fin de regular el caos, el Imperio Romano en el III siglo d.C., estaba presidido por un gobierno colegiado denominado Tetrarquía, mediante el cual el poder lo compartían 4 personas. El imperio estaba dividido en Oriente y Occidente y a su vez cada uno de ellos tenía a dos Tetrarcas que actuaban simultáneamente. Un Augusto que se hacía cargo de la defensa del imperio y un Cesar que lo ayudaba y reemplazaba en caso de muerte. En 324 d.C., Constantino, mediante el uso de alianzas y asesinatos elimina a los otros tres gobernantes y logra la reunificación total del Imperio Romano bajo su persona. Funda Constantinopla en lo que era la antigua ciudad griega de Bizancio (actualmente Estambul, capital de Turquía). Había conseguido, que sólo hubiera un emperador, una ley y una ciudadanía para todos los hombres libres. Sólo faltaba una religión única para todo el Imperio. Constantino se da perfecta cuenta de que si quiere un respaldo religioso a su política, necesita que la