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¿HACIA DONDE VAN LOS COMPAÑEROS?

 

El problema con la enseñanza en este grado es que cambia el método. Uno espera que nos sirvan en bandeja un conjunto de nuevos símbolos y nociones para memorizarlas. Pero en este grado los conocimientos teóricos ya los tenemos y ahora debemos experimentarlos, hacerlos carne, comprender las cosas en sí y por uno mismo. Debemos ser conscientes.

 


Como aprendices teníamos conciencia de lo que ocurría, para eso estudiamos y aprendimos diversos símbolos y rituales. Se “tiene” algo cuando ese algo es externo a nosotros; nosotros no “somos” ese algo, solamente lo “tenemos”. Y lo que se tiene, puede dejar de tenerse.

En cambio, cuando “somos” algo, ese algo es parte de nosotros. Lo que se “es” forma ya parte indisoluble de nuestra esencia

El ser consciente implica un proceso iniciático: se piensa, siente, quiere y obra con cabal conocimiento y en plena posesión (y dominio) de sí mismo; se refiere a un estado del alma, un estado en el cual se conoce perfectamente algo (por haberlo vivido), actuando en función de ese conocimiento.

Como aprendices no salíamos del templo, recibíamos lo que se nos enseñaba, ahora debemos buscar en todos lados, podemos y debemos salir del templo, para eso ahora tenemos una palabra de pase, para salir a experimenta y volver entrar para internalizarlo.

También aprendemos como compañeros ayudando y enseñando a los aprendices e interactuando con la sociedad. Preparando las cosas para enseñar a otros muchas veces aprendemos incluso con las dudas e inquietudes de los demás.

 

El Compañero es aquel que comparte habitualmente el pan, y si comparte el pan, comparte la vida, la conversación, los desafíos. Son los que se agrupan para formar un conglomerado organizado. Los que persiguen el mismo ideal. Los que contraen el mismo compromiso.

El Compañero ya no puede ser un individuo aislado que dedique sus estudios solamente para su provecho, sino que demás debe ayudar a sus Hermanos y a la sociedad en lo que le sea posible. El ritual nos dice que el COMPAÑERO DIRIGE Y VIGILA LOS APRENDICES Y ES EL AUXILIAR DE LOS MAESTROS. Debe compartir el pan para poder ver el fruto de su aprendizaje. De nada sirve tener progresos propios presentando trabajos, sino ayudamos a nuestros Hermanos menores.

El Compañero debe aplicar los conocimientos que estudió como Aprendiz, ya no de una forma teórica, sino más bien práctica a fin de entender y asimilar las enseñanzas

¿Donde busca el conocimiento el Compañero?,

Tal como indica la marcha: por todas partes, ya que parte de Occidente, de ahí al mediodía, de aquí al norte con miras de llegar al Oriente. Los cinco pasos de la marcha, recuerdan los cinco viajes.

 

Los viajes:
 
Primer viaje: los sentidos. El acceso a la realidad.
Primero, debe aprender a través de experiencias realmente vividas; en otras palabras, por lo que escucha, por lo que ve y observa, por lo que siente, por lo que gusta y lo que huele; en resumen, por contacto directo con la vida diaria a través de los sentidos.  Este proceso es continuo, a los conocimientos que obtiene hoy, agrega los de ayer y los de los días que han pasado antes.
Se dirige al estudio de los instrumentos que utilizamos para conocer, simbolizados en la Ceremonia por los sentidos (la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto). Lleva dos instrumentos, el mazo y el cincel que representan la voluntad y la determinación inteligente.
 
El Compañero ha dejado de actuar en el plano de las apariencias materiales o efectos, para ir a trabajar en el plano de las causas que actúan en el plano de los sentimientos o las ideas. Son los sentidos que operan en estos planos los que deben ser identificados primero y desarrollados después.
 
El tacto que debemos desarrollar es aquel que nos ponga en contacto con los demás y nos permite limar asperezas y fricciones.
El oído que debemos desarrollar es que nos permite oír nuestra voz interior y se logra con la práctica del silencio.
La vista con la ayuda de la cual todo se embellece. Debemos formar la vista espiritual que nos permite formar una imagen de nuestro sueño.
El gusto es lo que nos permite diferenciar lo sano de lo venenoso. Debemos desarrollar el buen gusto. Las actividades y las palabras de mal gusto o groseras envenenan o destruyen.
El olfato es el que nos permite distinguir los que da incremento a la vida de lo que la destruye. Debemos aprender a distinguir el olor de las cosas, para saber cuándo algo es beneficioso o pernicioso. Es el primero que desarrollamos.
 
 
Segundo Viaje: las artes liberales. Los lenguajes que soportan el conocimiento racional.
Ninguno de nosotros puede tener la experiencia personal para adquirir los conocimientos que debemos poseer. A todo lo adquirido a través de los sentidos humanos se les debe agregar los conocimientos de una educación formal. Por ello es que se han introducido las siete Artes y Ciencias Liberales en el ritual, representan los símbolos del conocimiento que se obtiene de otros. Las siete artes liberales que se difundirán como la suma de un trívium: lógica, gramática y dialéctica, y un quadrivium: aritmética, geometría, música y astronomía, son el eje de este Viaje. La Masonería emplea un lenguaje propio, que es el símbolo, en el que se perpetúa la ciencia y el arte que fueron el objeto de los Misterios de todos los tiempos y pueblos.
 
Todo lo que nos dan a través de los cinco sentidos constituye la Experiencia. Todo lo que recibimos profanamente por la enseñanza formal, constituye la Educación. Pero la comprensión iniciática de que el hombre no está sólo en el Universo y la comunicación con él a través del símbolo, sumado a la experiencia y la educación, nos permite alcanzar la Sabiduría. Recordemos que la Sabiduría no se alcanza por medios directos, se aproxima a la misma ascendiendo por una escalera de caracol. El progreso se interrumpe a veces y nunca se sabe que hay más adelante, hacemos progresos diarios, pero nunca alcanzamos a ver claramente cuál es su destino final y no sabemos si llegaremos a obtenerlo. Lleva como instrumentos la regla y el compás
 
Tercer viaje: Los órdenes arquitectónicos. La incidencia en la realidad.
Nuestro conocimiento de las civilizaciones antiguas, de aquellas que comenzaron a escribir la Historia de la Humanidad, se asienta en el estudio de lo que aún perdura de las mismas como los monumentos y cuando existen las escrituras y las artes.
Los monumentos, entendidos como una modificación del paisaje, nos hablan de la relación que cada grupo humano estableció con su entorno.
Lleva como instrumentos la regla por ser instrumento necesario en la arquitectura y toma una palanca para simbolizar que no hay imposibles y que con la ayuda de la razón y encontrando un punto de apoyo podemos vencer obstáculos que a simple vista parecerían imposibles.
 
Cuarto viaje: los filósofos y benefactores de la humanidad. La historia de las ideas.
Ya sabes cómo trabajar: “elige ahora el oficio” parece decirnos este viaje. Es la etapa en la que debemos estudiarla vida de los grandes benefactores de la humanidad: los filósofos, los artistas, los hombres de ciencia, y los legisladores, a alguno de los cuales debemos, tratar de emular. Algunos mencionan a filósofos Griegos (Pitágoras, Demócrito, Sócrates y Aristóteles) hoy sabemos que es imposible resumir la evolución de la Humanidad con el nombre de un grupo tan pequeño de hombres y que debemos incorporarla cultura de China, la India, a los pueblos Americanos y a todos los filósofos hasta nuestros días. Debemos estudiar los movimientos filosóficos y el desarrollo del pensamiento científico y artístico. Los compañeros deben estar actualizados con los avances sociales, científicos y tecnológicos.
Lleva como instrumentos la regla, y la escuadra
 
El Quinto Viaje
 
El quinto viaje se cumple sin el auxilio de ningún instrumento y en la dirección opuesta, hacia atrás y bajo la amenaza de una espada puesta sobre su pecho. Se cumple sin ningún instrumento porque habiéndose adiestrado en el uso de los seis instrumentos fundamentales de la construcción, el mazo, el cincel, la regla, el compás, la palanca y la escuadra, tiene ahora que buscar su séptima facultad, que corresponde a la letra G, cuyo perfecto conocimiento lo conducirá al Magisterio. El trabajo, será de una actividad espiritual, es la meditación que lo conduce a la contemplación de la Realidad.
 
En el camino que lleva a la Perfección, existe una grada superior aún a la adquisición de conocimientos. La sabiduría no sirve de nada si no la alienta la filantropía. No es para nosotros que nos perfeccionamos, sino para los demás. Sin ese Amor a la humanidad, todo el conocimiento y el poder, no son más que vanidad
 
Además, preguntarse quiénes somos implica también el preguntarse "qué hacemos", no solo a manera de una búsqueda de conocimientos, sino también de cuestionamiento. Es por esto que la contestación a la pregunta del grado, cuando llegamos al cuestionamiento de nuestro accionar, nos coloca al borde de las definiciones de un deber ser, al borde del planteamiento de hacia dónde vamos, es decir a las puertas de la maestría.