Ir al contenido principal

EL SÍMBOLO DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO








El símbolo del Gran Arquitecto del Universo ocupa un lugar central en la reflexión y práctica de la masonería. Es un concepto amplio y abierto, crucial para mantener la naturaleza iniciática de esta tradición. Desde sus orígenes, la masonería ha estado vinculada a esta idea creadora y a la noción de un Ser Supremo, aspecto explícito en los principios fundamentales de la masonería regular.

 

En su esencia, la masonería no presenta un discurso propio sobre un principio creador, una metafísica específica o una teología concreta. No porque sea agnóstica, sino porque intenta no ser dogmática. El término "Gran Arquitecto del Universo" es polisémico, con múltiples interpretaciones, lo que lo hace adaptable a la diversidad de creencias y opiniones entre los masones a nivel global.

A lo largo de la historia, la existencia de un ser trascendente ha llevado a la humanidad a conformar múltiples religiones y sistemas de creencias. Una división inicial se encuentra entre aquellos que ven la existencia como una unidad fundamental, donde la materia y el espíritu son una sola cosa, y aquellos que distinguen a Dios como el creador del mundo y a éste como algo independiente. Dentro de esta última categoría se encuentra el deísmo y el teísmo. Ambos consideran a Dios como la fuente única y común de los principios.

El teísmo, presente en el cristianismo, sostiene que Dios creó el mundo y lo rige, justificando la presencia del mal como necesario dentro de su plan divino.

El deísmo, en cambio, argumenta que Dios creó el mundo pero no interviene en la vida humana. Permite a la razón humana concebir una potencia superior sin analizar sus características más allá de lo alcanzable por la mente humana.

 

En este tema, donde no hay verdades absolutas y nadie es dueño de la verdad, debemos respetar todas las formas de pensamiento y no excluir a aquellos que no comparten nuestra propia visión. Existen muchas teorías, ninguna ha demostrado ser verdadera, pero sin duda es necesario para la humanidad poder especular sobre ello.

 

La masonería abraza la diversidad de pensamientos y no excluye perspectivas diferentes. El objetivo es fomentar la especulación y la búsqueda de la verdad en un ambiente de plena libertad de pensamiento. La conciliación entre la idea del Gran Arquitecto del Universo y la libertad de conciencia para llevar a cabo los trabajos masónicos es esencial.

 

El Gran Arquitecto no es un dogma, sino un símbolo que puede ser interpretado por todos los masones, sin importar sus creencias. Es una representación de valores espirituales elevados.

 

No se trata de creer en este símbolo, sino de entenderlo como un medio de conocimiento en lugar de un objeto de culto. Es crucial distinguir el símbolo de su significado. No debemos confundir el "símbolo" con lo que simboliza. En vez de un Dios, el Gran Arquitecto es una idea para la búsqueda de la verdad.

 

Es un símbolo abierto hacia la trascendencia que invita a una interpretación libre, sin imposiciones dogmáticas y no debe ser tomada como una revelación.

 

El símbolo es una herramienta para promover la unidad y la fraternidad en la logia. No hay una definición fija para el Gran Arquitecto del Universo, ya que eso rompería el enfoque metodológico de la masonería y la convertiría en una entidad religiosa.

 

La masonería tiene como objetivo la unión de todas las ideas y creencias entre sus miembros, fomentando la convivencia armónica de distintas opiniones. Esto se refleja en la concepción de la religión como la virtud de la honradez y la bondad, trascendiendo las creencias individuales.

 

En parte, esto se debe a que en la fundación de la primera Gran Logia en 1717, se unieron los calvinistas y la Royal Society presidida por Isaac Newton, y los grupos disidentes eran los Republicanos (antirreligiosos). En esa ocasión se designó una Comisión para la elaboración de una Constitución en la que participaron pastores presbiterianos Desagulliers y Anderson, y se necesitaba amalgamar las diferencias religiosas entre los dos grupos monárquicos antagónicos, los protestantes alemanes de la casa de Orange y los católicos escoceses de la casa de Estuardo.

 

El resultado de este esfuerzo fue el documento elaborado por Anderson y Desagullier, basado en las Constituciones de las Cofradías católicas medievales. Sin embargo, los artículos 1° y 2° (referentes a Dios y la religión) se asemejaban en su totalidad a la Constitución de la Royal Society. Esta obra fue aprobada por la Gran Logia el 24 de junio de 1723, convirtiéndose en una fuente de derecho masónico y un referente internacional para la organización y el funcionamiento de la Masonería.

 

Las Constituciones de Anderson postulan que, aunque en el pasado los masones estaban obligados a practicar la religión del lugar donde habitaban, hoy se considera más oportuno no imponerles ninguna religión en particular, sino permitirles completa libertad en cuanto a sus creencias personales.

 

Se subraya que la esencia de la religión radica en ser individuos honrados y de buenas costumbres, independientemente de sus convicciones. La premisa "El verdadero culto a Dios consiste en las buenas costumbres" resalta la importancia de la virtud en lugar de la adhesión dogmática.

 

Siguiendo este principio, la Logia se concibe como un espacio donde los individuos pueden encontrar entendimiento mutuo y construir los cimientos de una sociedad más justa. La Logia es considerada un Centro de Unión, representando simbólicamente al Universo.

 

Para el masón escocés, el Gran Arquitecto del Universo no obstante es una deidad personal cuya voluntad revelada será visible en la Logia. Es oportuno recordar la recomendación del Manifiesto del Convento de Lausana de 1875, que dice así:

 

"A los hombres para los que la religión es la consolidación suprema, la Masonería les dice: Cultivad sin obstáculo vuestra religión, seguid las aspiraciones de vuestra conciencia; la francmasonería no es una religión, no tiene un culto; su doctrina se encierra completamente en esta bella prescripción: Ama a tu prójimo".

 

Este enfoque masónico funciona como un catalizador que desentraña lo que cada individuo lleva consigo, como una trama incompleta que cada masón debe tejer. A través de sus rituales, la logia actúa en el colectivo, fomentando la unión, la fraternidad, el afecto, la comprensión mutua intuitiva y la solidaridad.

 

La Masonería proporciona a sus miembros un conjunto de letras, cada una seguida de una trilogía puntada y en un orden específico, como una "FÓRMULA DE RESPETO, EQUIVALENCIA y UNIÓN" de todas las ideas y creencias sobre el origen, la existencia y el destino de todo lo que es.

 

En marzo de 1957, durante la unificación de la familia masónica de Argentina entre la Gran Logia de la Masonería Argentina y el Gran Oriente Federal Argentino, se llegó a un acuerdo:

 

La invocación al Gran Arquitecto no significa la creencia en el Dios de una religión determinada, ya que la masonería proclama como Gran Arquitecto del Universo el reconocimiento de un principio originario, de una causa primera, dejando librado a cada uno de sus miembros sus puntos de vista particulares sobre la naturaleza de este principio y se abstiene de todo acto confesional. Por lo tanto, cada masón, de acuerdo con sus opinión puede elaborar su propia convicción del símbolo, sin imposiciones dogmáticas de un determinado credo o religión”.

 

En resumen, el Gran Arquitecto del Universo es un símbolo abierto a interpretaciones diversas, permitiendo la coexistencia de distintas creencias en la masonería. Es una herramienta para la búsqueda de la verdad y la construcción de una sociedad más unida, donde la diversidad es valorada y respetada.










¿PORQUE LOS MASONES INGLESES INVOCAN AL NOMBRE DE DIOS (GOD)?

Por invocación se entiende «la acción por la cual se llama en socorro a una divinidad, una potencia sobrenatural, y particularmente para ponerse bajo su protección». En Masonería la invocación sólo puede ser colectiva, efectuada por una Logia de Maestros, y con un Nombre ya regularmente transmitido por la Masonería.


En Masonería especulativa se hacen invocaciones a las tres luces del Taller  Belleza (Gamal), la Fuerza (´Oz) y la Sabiduría (Dabar), atributos divinos, y cuyas iniciales en hebreo, ordenadas según se invocan y leídas de derecha a izquierda, como se hace en el hebreo, forma el nombre de Dios en ingles GOD, tal como señalan los propios masones ingleses.

Eso creo que explicaría el uso del término GOD, como el ideal supremo en Logias anglicanas. Y no interrumpiría jamás el simbolismo de tradición laica y librepensadora.