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NÚMERO 7









El número siete, simbolizado como "7", ocupa un lugar especial en muchas culturas y sistemas de creencias. Se considera una fusión significativa de elementos espirituales y temporales, fusionando el tres, que representa lo celestial, con el cuatro, que representa lo terrestre. Este simbolismo se extiende a través de diversas áreas de la vida y el conocimiento humano.

En su esencia, el número siete fusiona lo espiritual y lo temporal, lo divino y lo terrenal. Se origina al sumar el primer número impar, el tres, con el primer número par, el cuatro, lo que sugiere que encierra la totalidad de la experiencia humana y cósmica.

El siete es fundamental en la cosmología y el simbolismo religioso. Se relaciona con los siete cielos y siete infiernos, los siete planetas clásicos (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), y las siete divisiones lunares del arco iris. En el judaísmo y el cristianismo, se encuentra arraigado en la creación del mundo en siete días, incluido el día de descanso, el séptimo día, que representa la unidad y el retorno al principio. 

Este número sagrado también tiene presencia en la música, el kundalini yoga y las jerarquías angélicas. La escala musical de siete notas refleja la armonía y el ascenso gradual desde la tierra hacia el cielo. En el kundalini yoga, los siete chacras representan estados de conciencia que se despliegan como pétalos de un loto a medida que el iniciado crece espiritualmente.

El simbolismo del número siete se encuentra en el Antiguo y el Nuevo Testamento, y también en el budismo. En la Biblia, se mencionan siete iglesias, siete espíritus de Dios y otros elementos siete veces, mostrando su importancia dual y misteriosa.

Desde una perspectiva educativa, el siete está relacionado con el trivium y el cuadrivium, las artes liberales que abarcan tanto la palabra (gramática, lógica, retórica) como los temas principales de estudio (matemáticas, geometría, música, astronomía), reflejando la fusión. del conocimiento espiritual y mundano.

Estos siete astros (bautizados en honor a dioses romanos) les dieron a los días de la semana sus nombres en muchos idiomas: lunes (Luna), martes (Marte), miércoles (Mercurio), jueves (Júpiter) y viernes (Venus). En español, “sábado” procede del nombre la fiesta hebrea Sabbat y domingo de la palabra latina Dominus “el Señor”. 

El número siete, al mundo espiritual, que somos capaces de aprehender estando dentro del mundo material, incluye el tiempo de extensión indefinida, el principio y el fin (el alfa y el omega). He ahí el secreto del número siete.

7 = 1+2+3+4+5+6+7 = 28 = 2+8 = 10 = 1+0 = 1.

 Si la creación fue realizada en seis días, el séptimo es el día del descanso, el Sabbath, en el que todo retorna a la Unidad del Principio. Los siete días de la semana (que es la duración de cada una de las cuatro fases de la luna) son un símbolo de los de la creación. Imitando al Creador al séptimo día el hombre descansa; y en la tradición judía cada siete años se hace descansar la tierra, y al año 50 (7x7 = 49+1 = 50) se celebra el gran jubileo, el año de liberación 

En resumen, el número siete es un símbolo poderoso que unifica lo espiritual y lo temporal en muchas tradiciones. Encarna la totalidad, la unidad y el ascenso espiritual a través de diversas dimensiones del conocimiento y la experiencia humana.