El número cinco ocupa el lugar del centro en la serie de los nueve primeros números. En la geometría aparece cuando la unidad se hace patente en el centro del cuadrado y de la cruz: Este punto medio representa lo que en Alquimia se denomina la quintaesencia, el éter, el quinto elemento que contiene y sintetiza a los otros cuatro y que simboliza el vacío, la realidad espiritual que penetra en cada ser uniendo todo dentro de sí. En el símbolo tan conocido de la pirámide de base cuadrada ese punto central se coloca en su vértice, mostrando así que esa unidad se encuentra en otro nivel al que confluye el cuaternario de la manifestación:
Al número cinco que se representa también geométricamente con el pentágono, o con la estrella de cinco puntas se le relaciona con el hombre o microcosmos, ya que éste tiene cinco sentidos, cinco dedos en las manos y en los pies y cinco extremidades (contando la cabeza). Esa Estrella evoca al hombre, con todas sus facetas y potencialidades, al ser humano con sus extremidades, al ser humano completo, como bien está representado en una pintura muy conocida Leonardo da Vinci, donde se simboliza al hombre con los pies bien apoyados sobre la tierra, sus brazos extendidos para abarcar el conocimiento y su cabeza erguida para con sus cinco sentidos cumplir su misión en la tierra.
Voy a intentar dar una explicación, dinámica y activa de número cinco al utilizarlo en el desarrollo de ciclos que una vez comprendidos nos permitirán adelantarnos el futuro, asumiendo una concepción del tiempo no lineal sino cíclica.
La teoría de los 5 elementos es de origen Chino, se le atribuye una antigüedad de 4000 años y fue explicada en una compilación de medicina antigua del año 400 A.C.
Los filósofos chinos clasificaban todo de acuerdo a lo que consideraban los cinco elementos primarios, ubicando a cada uno de ellos en un vértice de la estrella de cinco puntas: Madera (que representa la fuerza de la vida), Fuego, Tierra, Metal y Agua. Es de resaltar la gran similitud con los 4 elementos tomados posteriormente en Occidente, al que habría que agregar el quinto elemento o quintaesencia, simbolizado por los Chinos en la madera.
En términos de dirección la Madera representa a Oriente, el Fuego al Sur, Metal al Oeste y Agua el Norte. La tierra, el suelo sobre el que vivimos, es el centro que todo lo conecta.
Los Chinos explicaban de una manera simple la interrelación entre los 5 elementos, siguiendo el orden de cada vértice: La Madera hace nacer el Fuego, el Fuego hace nacer la Tierra, la Tierra hace nacer el Metal, el Metal hace nacer el Agua, el Agua hace nacer la Madera.
Ese es el Ciclo de la creación, en el que la:
Madera se quema para alimentar al
Fuego cuyas cenizas se descomponen en la
Tierra donde nacen y son mineralizados los
Metales que una vez fundidos se convierten en el
Agua que nutre los árboles, que a su vez forman la madera, siguiendo el ciclo.
Si únicamente se diera este ciclo de producción, la
generación de los elementos sería continuada y sin control alguno, por lo que
se rompería el equilibrio y el orden natural. Aparece entonces una nueva
interacción entre los cinco elementos. Es el ciclo de control. Este es un orden
destructivo, que provoca disturbios en esta continuada generación de elementos,
de modo que el agua apaga el fuego, el fuego es capaz de licuar el metal, el
metal rompe la madera, la madera penetra en la tierra y la tierra es absorbida
por el agua. De otro modo se puede observar cómo la madera toma los nutrientes
de la tierra que absorbe al agua, que apaga al fuego, que derrite el metal y
que corta la madera.
Por eso también consideraban un segundo ciclo, en este caso
de destrucción o control, en el que cada elemento influye sobre el
subsiguiente:
La Madera es cortada por el metal
El Fuego es extinguido por el agua
La Tierra es penetrada por la madera
Los Metales es derretido por el fuego
El Agua es interrumpida y cortada por la tierra.
Los nombres que hacen referencia a los ciclos no deben ser
entendidos en su significado literal, ya que un ciclo destructivo no indica
cualquier especie de destrucción, se trata más bien de un sentido figurado con
en el que se expresa que el ciclo provoca la limitación de crecimiento, el
debilitamiento de su progresión ascendente. Si este ciclo llamado destructivo o
de control no se produjera, el crecimiento de los elementos sería infinito y no
albergaría cambios. Por esta razón, no debe entenderse que el elemento que
controla o destruye a otro sea exactamente un enemigo, sino más bien como un
límite a una expansión excesiva, a un crecimiento descontrolado o
desproporcionado.
Este doble ciclo de generación y destrucción tenía gran utilidad práctica por ejemplo en la medicina, pues a cada elemento tenia asociado un órgano. De este modo el corazón fortalece el baso, este a los pulmones, quien fortalece al riñón, este al hígado y este al corazón.
El hígado nutre los músculos y los músculos fortalecen al corazón, el hígado gobierna los ojos.
El corazón nutre la sangre y la sangre vivifica el estómago, el corazón manda la lengua.
El estómago fortalece la carne y la carne protege los pulmones, el estómago manda la boca.
El pulmón fortalece la piel y el pelo corporal y estos protegen los riñones, los pulmones gobiernan la nariz
Los riñones fortalecen los huesos y la médula y estos fortalecen el hígado, los riñones comandan los oídos.
Vemos como de ese modo hace tantos años ilustraban los cinco sentidos y las relaciones con los órganos y los tejidos. Este diagrama aclara también sobre ciertas técnicas de diagnóstico oriental.
Por ejemplo la condición del hígado la conocían por los ojos por ejemplo en la hepatitis, o en caso de ojos saltones lo relacionaban con problemas de tiroides,
La condición del estómago por los labios, un quiste en el labio indica problemas estomacales.
Este tipo de relaciones dio lugar a la manipulación de puntos de acupresión, como método de diagnostico y tratamiento. Un dolor agudo en cierta parte del cuerpo indica la condición de un órgano que se desea diagnosticar. Hace pocos años recién conocimos algunas de estas técnicas milenarias, que no se enseñan en la Universidad, pues no requieren el uso de medicamentos, ni utilización de costosos aparatos de diagnostico, como tampoco las otras técnicas de diagnostico y curación reconocidas por la OMS, que son negadas sin haber sido investigadas y dan lugar a charlatanes que lucran con la esperanza.
Volviendo al ciclo de creación, los antiguos Chinos lo aplicaban a las 5 emociones:
Alegría, compasión, pesadumbre, temor, ira, donde cada una en ese orden engendra la siguiente.
Cuando reprimimos las emociones, evitando que se expresen
mediante el llanto, las palabras, la risa, etc., se transforman en enfermedades
como gastritis, problemas digestivos, problemas cardiovasculares, cáncer, entre
otras enfermedades, o en psicológicos, como culpa, depresión, ansiedad.
Cada emoción está asociada a un órgano al cual afecta
normalmente
La clave para lograr la maestría en el manejo y expresión de
las emociones no es negarlas o controlarlas, sino permitir que fluyan, lo cual
no quiere decir que si estás enojado, des rienda suelta a tu enojo y lastimes a
esas personas, sino más bien dejar que tu emoción te informe que está pasando
contigo, para luego decidir cómo abordarla de manera más segura y productiva.
Una herramienta que tenemos disponible, y que a veces nos
cuesta usarla por falta de práctica, es la conexión con nuestro cuerpo. Si
cambiamos nuestra corporalidad y aprendemos distintos tipos de respiración,
tendremos la capacidad de aprender a relajar nuestro cuerpo y calmar nuestra
mente, trabajando así nuestros estados de ánimo.
Pasando a un plano más general. En cual estado estamos
viviendo hoy como sociedad ? . Son muchos los que dirían que la tristeza, por
lo que es muy probable que desemboque en el miedo y luego en la ira en un
futuro próximo.
La ira de un pueblo sin dirección puede ser muy peligrosa.
Ya hemos vivido sus consecuencias. Algo debemos hacer.
Creo que la Masonería es la institución adecuada para dar
luz sobre este asunto pues si bien puede parecer que marchamos sin guía por un
terreno desconocido, tenemos como brújula el humanismo de todos los tiempos, lo
que nos permitirá acompañar los nuevos tiempos.
El proceso histórico de las civilizaciones y las culturas
está signado en realidad por las leyes de los ciclos y de los ritmos que como
sabemos son las mismas que rigen en todos los órdenes de la manifestación
universal. El simple hecho de comprobar que una civilización, como todo ser,
nace, crece, decae y muere, es un ejemplo más, y bastante gráfico, de que ésta
sigue y repite a su nivel correspondiente la ley en que se fragmenta todo
ciclo.
Se que muchos pueden pensar que es difícil que estos ciclos,
pensados por la civilización China hace mas de 4000 años tenga aplicación
actual. Pero creo que la pluralidad de
culturas es ilusoria porque es una pluralidad de metáforas que dicen lo mismo.
Hay un punto en el que se cruzan todos los caminos; este punto no es la
civilización occidental sino el espíritu humano que obedece, en todas partes y
en todos los tiempos, a las mismas leyes.