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¿Que pasaba hace mas de 6000 años?

Si la historia la escriben los que ganan
Eso quiere decir que hay otra historia
La verdadera historia
Quien quiera oír que oiga

La similitud genética entre los humanos y los chimpancés es menor al 95%. Lo que hace casi imposible encontrar un eslabón de contacto, lo que nos permitiría afirmar que el hombre no desciende del mono.

La teoría darwiniana ha considerado como antepasados del hombre a ciertos homínidos como el Australopitecos que habitaron la tierra hace 7 millones de años, y a continuación hace 2 millones de años al Homo Erectus que poseía una laringe que le permitió emitir una amplia gama de sonidos. Posteriormente se estableció como especie el Homo Sapiens que ya había incorporado instrumentos de piedra, cambios en las formas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido. Su representante más conocido es el hombre de Neanderthal (Alemania).

La teoría de la “evolución” suponía un progreso de los homínidos a lo largo del tiempo, con un aumento de su tamaño cerebral, lo que supondría una mejora de la especia, hasta llegar al hombre actual. Esta es la imagen que se nos ha vendido y creemos como de una mejora permanente.



LO QUE SABEMOS GRACIAS AL ESTUDIO DEL ADN

El estudio de ADN rescatado de fósiles de neandertales apoya la ampliamente admitida pero todavía controvertida visión de que los humanos modernos no se mezclaron con los Neandertales. Por lo  que no descenderíamos de ninguno de esos homínidos que poblaron la tierra anteriormente.

Esto implicaría que la teoría de la evolución, que tanto nos inculcaron, no es correcta, aunque sea cierta la existencia de otros homínidos a lo largo de la historia.

La hipótesis de la “Eva mitocondrial” de Wilson y Caan que ya ha sido incorporada a los libros de texto, parece haber arraigado firmemente en la comunidad "oficial" de Paleontólogos aparentemente deslumbrados por su aureola de "ciencia dura", es decir, basada nada menos que en datos moleculares.

Según tal hipótesis, el hombre moderno desciende, en su totalidad, de una "Eva" que habría vivido en África hace unos 200.000 años. Sus descendientes se habrían extendido por el mundo y habrían exterminado, a todos los hombres previamente existentes.

Para esta, al parecer, extendida concepción se trataría, no ya de un extermino total como el de los pobres neandertales aplastados por una población muy superior en número, sino del caso contrario: la "sustitución" total de poblaciones adaptadas biológica y culturalmente a entornos muy variados por pequeños grupos inconexos procedentes de un medio tropical. Aunque tal proceso resulta totalmente irreconciliable con el más elemental sentido común, está basado en datos "rigurosamente científicos".




En resumen, el registro fósil muestra que las especies de seres vivos aparecieron de repente y perfectamente formadas, y no siguiendo un proceso pasando de formas primitivas a formas avanzadas tal y como defiende la evolución.

Desde que apareció el Homo sapiens sapiens: (“hombre moderno”). Su capacidad cerebral es de alrededor de 1.400 centímetros cúbicos y protagonizó cambios muy importantes en la organización económica y social, como las primeras formas de agricultura y domesticación de animales, y la vida en ciudades. Su representante más fiel es el hombre de Cro-magnon, que vivió en Europa hace 40.000 años y era un cazador que vivía en cuevas, de las que nos han quedado el recuerdo de sus pinturas.La humanidad no ha cambiado significativamente, ni mental ni físicamente, desde hace esa época.

Después de 200.000 años de los que nos incitan a suponer que fue un estancamiento, los humanos comenzaron hace 12.000 años una nueva etapa cuando abandonaron su existencia de cazadores / recolectores nómades y empezaron a vivir en asentamientos permanentes cultivando trigo, arroz, domesticando animales y desarrollando tecnología en la elaboración de vasijas de cerámica, morteros de hormigón que permitían convertir los granos en harina y realizaron construcciones con piedras gigantes (dólmenes y menhires) lo que dio lugar a que este período fuera denominado Neolítico o Megalítico (lítico = piedra). Al no tener registros de su escritura lo que conocemos de ellos es a través de su cerámica y pinturas rupestres, así podemos saber que tenían gran interés en la astronomía al estar estos emplazamientos alineados con la Luna, el Sol y algunas estrellas.

Ese periodo prehistórico del que nos quieren hacer creer que el hombre era casi un animal, a fin de convencernos de que estamos en un camino de permanente mejora, culminó con la invención de la escritura y la rueda hace 6000 años. Es a partir de ese momento en el que se define el comienzo de la Historia. En esta época la Biblia ubica la figura de Adán, (cuyo nombre significa el primer hombre que mira hacia el este)  En definitiva el primer hombre que ve nacer una nueva luz, llamémosle un nuevo amanecer, aunque antes hubo otras luces y otros amaneceres.

Creo que hubo una civilización importante antes que la nuestra, porque hay indicios de la prehistoria que muestra un conocimiento mayor del que le atribuimos actualmente. Veamos algunos ejemplos:

RED DE TUNELES EUROPEOS DE MAS DE 10.000 AÑOS

Una obra que me llama la atención es la existencia de una extensa red de túneles subterráneos a lo largo de toda Europa, desde Escocia a Turquía y que tendría más de 10.000 años. No todos los túneles están interconectados.



La medida de los túneles es de 70 cm., pero en algunos lugares son más amplios y tienen asientos, depósitos y habitaciones

TUNEL ENTRE SICILIA Y CALABRIA BAJO EL MAR

Hay otro túnel que me llama la atención y es en este caso subacuático y que atraviesa más de 3 km del estrecho de Messina y conecta las dos costas de Italia, con una profundidad media de 80 metros bajo el nivel del mar (por lo menos así lo dicen las noticias


El túnel sería fuera de la punta de un máximo de aproximadamente 170 cm de altura e igualmente, que probablemente se sirvió en las tropas romanas para entrar en Sicilia por sus acciones militares en sorpresa.


ALGUNAS OBRAS MEGALITICAS IMPORTANTES

Las sociedades neolíticas poseían conocimientos astronómicos vinculados a los ciclos de siembra y recolección, y esto se refleja en la construcción de los megalitos. Son construcciones prehistóricas hechas con grandes bloques de piedra, toscamente desbastadas, tales como dólmenes y menhires.



Muchos monumentos megalíticos están orientados según los ciclos celestes. Prácticamente todos los dólmenes tienen el corredor alineado hacia el solsticio de invierno y los petroglifos circulares  señalan éste u otros acontecimientos anuales mediante la sombra que proyectaría algo situado en el centro.

El túmulo irlandés de Newgrange está orientado astronómicamente. Cada año, en la mañana del solsticio de invierno, la luz del sol penetra en el pasaje e ilumina el suelo de la cámara durante 17 minutos.


Otra tipología de construcciones Megalíticas se ha realizado a partir de la organización de un círculo de menhires, que delimitaba un complejo ritual, a veces de gran extensión. El más conocido es el de Stonehenge en Inglaterra. Su disposición se ha interpretado con lugares de observación astronómica relacionados con los ciclos lunares o solares; los solsticios o los equinoccios.

Estas piedras azules que forman megalitos y trilitos fueron traídas desde las montañas Prescelli en el sur de Gales, a 400 km. de distancia. Las 30 piedras gigantes que forman el círculo externo –17 de las cuales sobreviven en la actualidad- pesan 50 toneladas cada una. ¿Cómo es posible que piedras de esas dimensiones fuesen transportadas en balsas a lo largo de la Costa de Gales hasta el río Avon?

Una lista de construcciones megalíticas incluye ...
Los alineamientos de Carnac, Francia; y Cairn de Gavrinis, Stonehenge, Newgrange, entre otros
Dólmenes, cromlech, túmulos y menhires por todo el mundo
La colosal Baalbek, Turquía
Göbleki Tepe o Nevali Çori (Turquía)
Las colosales y enigmáticas Cabezas "Olmecas", México
Las perfectas esferas de piedra de Costa Rica y del resto del mundo
Los templos de Malta
Las Taulas y talayots de Baleares, España
La geometría perfecta de Tihuanaco y Puma Punku, en Perú, con sus bloques en serie
La arquitectura megalítica en Sacsayhuamán, Ollantaytambo y Machu Picchu, Perú
El fuerte de Samaipata, Bolivia
Los Moais de Rapa Nui (Isla de Pascua)
La fortaleza sumergida de Yonaguni, Japón
El enigma de las construcciones pétreas de Nan Madol, Estados Federados de Micronesia.
Los nurages y las tumbas de gigantes de Cerdeña
Los dólmenes de Córcega
El cromlech de M'Soura (Marruecos)
El dolmen de corredor de Menga ,(Antequera, Málaga), España
Los enterramientos de los Millares , Almería, España
El Argar ,Murcia, España












Pero si además echamos un vistazo a nuestro alrededor, también vemos que todo el planeta está repleto de pirámides, esferas y extrañas figuras que en absoluto parecen humanas.

Nuestro planeta está lleno de evidencias y huellas del pasado que bajo el paradigma actual no tienen explicación y sobre los cuales se guarda un silencio sepulcral . Estas pruebas nos indican que la historia oficial es absolutamente falsa, tanto en las dataciones como también en los supuestos métodos empleados en estas construcciones. Quiénes realizaron todas estas construcciones y con qué fin?.

Ese periodo prehistórico del que nos quieren hacer creer que el hombre era casi un animal, a fin de convencernos de que estamos en un camino de permanente mejora, culminó con la invención de la escritura y la rueda hace 6000 años inventadas por el pueblo sumerio en la zona actualmente ocupada por Irak, procedentes de un sitio desconocido. Doscientos años más tarde los Egipcios inventaron sus jeroglíficos. Es a partir de ese momento en el que se define el comienzo de la Historia.

En esta época la Biblia ubica la figura de Adán, (cuyo nombre significa el primer hombre que mira hacia el este)  En definitiva el primer hombre que ve nacer una nueva luz, llamémosle un nuevo amanecer, aunque antes hubo otras luces y otros amaneceres.

Se define actualmente ese momento como el comienzo de la verdadera luz y data todos los trabajos como si ese fuera el origen de hombre actual. ¿Esto implica que antes de ese periodo hubo otra luz y que esa no era verdadera?

A fin de desmentir la idea de la mejora permanente en la inteligencia del hombre, nos alcanzaría con analizar el pensamiento de los griegos o Chinos de hace 3000 años, y comprobar que su forma de pensar era similar a la nuestra. Pero vamos a analizar como pensaban los hombres hace más de 6000 años cuando según nos muestran en las películas eran totalmente ignorantes. Al no conocer su escritura debemos deducir sus conocimientos por sus obras y/o su tecnología como en este caso.


MAPAS EXTRAÑOS

La existencia de mapas muy antiguos que tienen datos imposibles de conseguir con los supuestos conocimientos de esa época nos indican que antiguos exploradores tenían un sistema de cartografía muy bien desarrollada comparable en precisión con la que tenemos hoy en día. Los mapas también son evidencia de que alguna antigua civilización sabía la forma exacta y el tamaño de la Tierra, contrariamente a las creencias populares, y utilizó la trigonometría esférica, y elaborados y precisos cálculos matemáticos, como si hace miles de años, una civilización desconocida emprendió un proyecto de mapeo a escala mundial de todo el planeta como nadie lo ha hecho nunca. Por ejemplo:

El Mapa del Mundo Oronce Finé creado en 1534, es un gráfico cordiforme que muestra características de la Antártida cuando el continente no estaba cubierta por hielo. Aunque es otro mapa que muestra el continente antes de que fuera oficialmente 'encontrado', el gráfico también muestra al continente con ríos, valles y costas a la vez que representa la ubicación aproximada de lo que es hoy el Polo Sur.




El Mapa de Piri Reis del año 1535 muestran parte de las costas de América, africana y la Antártida. La Antártida se representa en este mapa como si no estuvieran cubiertos por los casquetes polares, sino más bien, con densa vegetación.


Inserción del mapa de Piris Reis (Amarillo), en una proyección acimutal de Lambert, con centro en el norte del Mar Rojo.


Pero lo más enigmático no es solo eso, sino que su precisión geográfica solo es comparable con las fotos generadas por satélites. Esto hace pensar que para su elaboración se usó tecnología espacial.

El matemático griego Ptolomeo creyó en un continente al que llamó Terra Australis, que según sus cálculos debía ser el contrapeso de la masa de tierra del hemisferio norte. La creencia en la existencia de este continente impulsó al navegante británico James Cook a salir en su busca en 1772, al año siguiente alcanzó su objetivo, pero no pudo avistar tierra por consecuencia de la nieve y el hielo. La masa de tierra de la Antártida se descubrió en 1819. El primer mapa de la Antártida se hizo esperar hasta mediados de la década de 1950.

PIRAMIDES EN LA ANTARTIDA

Mediante Google Earth se han obtenido imágenes de la Antártida en las que se observan pirámides en medio del hielo. Las imágenes muestran lo que parecen ser tres pirámides con cuatro vertientes, similares a las famosas pirámides egipcias de Guiza.


¿Podría tratarse de pirámides auténticas construidas por la mano del hombre, creadas por una antigua civilización?, o son cumbres montañosas que sobresalen a través del hielo y son más altas que el terreno que las rodea.

Llama la atención que no haya información oficial sobre el tema.


PIRÁMIDES EN TODO EL PLANETA


Que hubo una civilización primigenia, de la que derivan todas las demás, es algo indiscutible a día de hoy. Las pirámides bien podrían ser una clara referencia de ello, no olvidemos que están repartidas por todo el mundo y curiosamente muchas coinciden en datación. Eso no sería extraño si esas civilizaciones hubiesen estado en contacto, pero no es el caso .





VIMANAS

Según cuentan los textos sánscritos y sagrados de la antigua India (como el Mahabarata, el Ramayana, el Bagava-Gita o los Vedas), los vimanas fueron unos artefactos voladores al servicio de los dioses.
Uno de estos textos es el Libro de Krishna, en el cual se describe a estas máquinas del siguiente modo:
El Vimana podía verse tanto en el cielo, como en la Tierra. Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía ser visible y luego invisible. Podía volar tan alto y tan veloz que resultaba imposible de ver, y volaba en la oscuridad.
Se dice que eran circulares o cónicos y que tenían en su parte superior una especie de cúpula. Por supuesto, eran metálicos y se desplazaban por el aire acompañados de un “armonioso” sonido. Podían efectuar complejas maniobras y eran veloces. Obras como el Mahabarata explican el funcionamiento, la forma y los sistemas de propulsión de los Vimanas.

A todas luces, parecen estar hablándonos de una tecnología aeroespacial que sólo en nuestros días estamos comenzando a desarrollar. El problema es que la tecnología de la que nos hablan los textos sánscritos se desarrolló hace miles de años.



UNIDADES DE MEDIDAS UNIVERSALES EN LA  PREHISTORIA BASADAS EN EL DIAMETRO TERRESTRE.


Se descubrió que los emplazamientos prehistóricos habían sido construidos con una unidad estándar de medida equivalente a 2,722 pies / 82,9666 cm +- 0,061 cm. Una variación mínima equivalente al espesor de un pelo. Esta medida se utilizó en los emplazamientos ubicados en Gran Bretaña, Francia, España y Países mediterráneos. Por otra parte el nivel de precisión es muy grande y es difícil trasladar dicha medida a todos lados.

Dados sus conocimientos de Astronomía sabían que el año tenía casi 366 días, así que dividían a la circunferencia en 366 grados (no en 360 como nosotros y al igual que posteriormente en Creta (cultura Minoica) utilizaron la división de cada grado en 60 minutos y cada minuto en 6 segundos.
La circunferencia de la tierra es de 40.008 Km equivalentes a 48.221.838 ym (yardas megalíticas)

Asumiendo 366 ° / 60 min / 6 seg , se obtiene que un segundo de arco de la circunferencia polar terrestre, tiene una longitud de 366 ym = 1000 pies minoicos. (48.221.838 / 366 / 60 / 6 = 366 ym). La cultura minoica hizo equivalente los 366 ym a los 1000 pies minoicos

Esto claramente implica que esta civilización prehistórica, anterior a Adán tenia conocimientos importantes, pues implicaba saber con precisión el diámetro terrestre y logro transmitirlo a toda la población del planeta que utilizaba esta medida como base para sus construcciones monumentales.
De este modo hace mas de 6.000 años se conocía la circunferencia terrestre y crearon un sistema de medidas, pues si dividimos la yarda por 40 tendríamos la pulgada de 2,07 cm.

Esto implica que  la medida del pie no fue la de un pie promedio, ni la de la pulgada del dedo gordo de alguien, sino que son medidas obtenidas del diámetro de la tierra. Estamos hablando de hace 6.000 años. No solo se sabía que era redonda sino su tamaño.

Para obtener las unidades de medida de peso, se tomaba un cubo cuyos lados miden un décimo de ym contiene una pinta de agua o una libra de cereal. Si se dobla la longitud tendríamos el galón. De esta manera se están realizadas las unidades de longitud, peso, volumen y tiempo basadas en la circunferencia de la tierra al igual que las actuales pero efectuadas hace 6000 años.

Lo que me resulta asombroso es como trasladaban esa medida de la yarda megalítica. Nosotros usamos una regla patrón y por comparación la trasladamos.

Los antiguos cuando observaban a Venus en el horizonte, y tenían trazado un círculo con 366 divisiones, hacían el siguiente experimento: vigilaban a Venus mientras recorría en el horizonte el equivalente a 1/366 del círculo y simultáneamente colocaban a oscilar un péndulo: pues el péndulo oscilaba 366 veces cuando su longitud era de una yarda megalítica.

El tiempo que necesita un péndulo para oscilar está gobernado por dos factores (la masa de la tierra a la que consideramos constante) y la longitud del péndulo. El péndulo es una plomada que oscila
Si medimos el tiempo que tarda una estrella entre 2 puntos en una fracción de 1/366 del circulo del horizonte, se obtendría la longitud del péndulo cercana a la yarda megalítica haciendo oscilar 366 veces durante el paso de la estrella.

De este modo hace mas de 6.000 años calibraban una cuerda en exactamente 1 yarda megalítica o 82,9666 cm y podían hacerlo en cualquier lugar del planeta sin necesidad de compararlo con un  patrón almacenado en algún lugar.

Se creó un sistema médico sorprendentemente integrado que desapareció hace siglos pero que constituyó la base no sólo del sistema métrico británico, sino también de las construcciones de Stonehenge y las pirámides. Dicho sistema implicaba un evolucionado conocimiento de las dimensiones, movimientos y relaciones de la Tierra, el Sol y la Luna

Si bien hay mas detalles en el libro la “Primera Civilización”, me interesa destacar la pérdida u olvido de estos conocimientos. O la posibilidad que un pequeño grupo lo haya conservado para su propio beneficio.

CONCLUSIONES

La historia de la humanidad contiene muchísimos misterios aun no resueltos e ignorados, entre ellos se encuentran increíbles hallazgos prehistóricos que contradicen el diagrama tradicional de la evolución de nuestra civilización, la cual nos estaría diciendo que lo que hoy inventamos no solo estaba inventado sino que además, otras civilizaciones desaparecidas poseían tecnologías muy avanzadas a las nuestras.

Han sido muchas las veces que a favor de un fanatismo político o religioso se han quemado libros o destruido obras de arte como la quema de los libros de la biblioteca de Babilonia por la iglesia católica, luego que el Emperador Constantino la nombrara religión de estado del imperio romano.

Algunos opinan que los que gobiernan el presente, escriben la historia que nos condiciona el futuro









Nota: Volúmenes y masas
En el libro Una civilización, Butler y Caballero sostienen que las unidades básicas de volumen y masa del sistema imperial, la pinta Imperial y la libra avoirdupois, también se derivan de su yarda megalítica. Al igual que el litro es la décima parte del metro a la potencia cúbica, la décima parte de la yarda megalítica al poder cúbico produce un volumen de tercera potencia = 570,96 ml, una aproximación muy cercana de la pinta moderna de 568.26 ml. Asimismo, argumentan que esta pinta megalítico teórico, si llena de semillas secas de cebada, pesa en promedio un número cercano a 453,59 gramos, que es el valor exacto de la libra avoirdupois.

También argumentan que la división de la masa de la Tierra en 366 partes iguales, y de nuevo en 60 partes iguales, y luego otra vez en 6 partes iguales, se obtiene un resultado que es casi exactamente 10 las libras avoirdupois 20a: 5.9736 X kg/= 4.5337 X kg = 9.995 X avoirdupois libras.

Dicho de otra manera, una porción de un segundo de arco megalítico de espesor de la Tierra pesa casi exactamente 10 a las 20 libras, como si, de acuerdo con los autores, el valor exacto de la libra se había ajustado para que sea una subdivisión ronda de una rebanada de un segundo de arco de espesor de la Tierra en la geometría megalítica.



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Cuando la historia nos recuerda la existencia de otra humanidad

RECUERDOS DEL FUTURO

La historia de la humanidad contiene muchísimos misterios aun no resueltos e ignorados, entre ellos se encuentran increíbles hallazgos prehistóricos que contradicen el diagrama tradicional de la evolución de nuestra civilización, la cual nos estaría diciendo que lo que hoy inventamos no solo estaba inventado sino que además, otras civilizaciones desaparecidas poseían tecnologías muy avanzadas a las nuestras. También se contradicen teorías sobre nuestro origen, ya que muchas culturas nos indican que no somos de un origen cien por cien terrestres y que somos descendientes de aquellos Dioses del olimpo que llegaban en su Carruajes de Fuego bajando desde las estrellas...



La idea que nos hemos hecho de la humanidad primitiva cae por su base cuando nos enfrentamos con algunas de sus creaciones. ¿De donde salieron los artefactos tecnológicos en ruinas que tienen miles de años? ¿Fueron las civilizaciones perdidas de la Atlántida, los verdaderos orígenes de la raza humana.? ¿De donde saco Pire Reis un mapa satelital del planeta en el siglo 15? La líneas de Nazca: ¿Eran signos de aeropuertos estelares?



Nuestro hogar esta lleno de misterios de un pasado que tal vez sea nuestro futuro...





RECUERDOS DE OTRA HUMANIDAD



Extraños seres cubiertos de no menos extraños vestidos aparecen en las pinturas que decoraban los hábitats primitivos; lo que da lugar a todo tipo de hipótesis. 



En la tumba de Heluán (Egipto) fue hallada una lente milenaria. Su fabricación, estiman los expertos, no hubiera sido posible sin una tecnología muy parecida a la actual. ¿Quienes esculpieron, cómo y por qué, los colosos que tanto abundan en el continente americano? En las esculturas del Nuevo Mundo está presente siempre el dominio de otros hombres llegados de las estrellas. El agrado tecnológico alcanzado por nuestra civilización no nos permite ya observar los vestigios del pasado con la óptica del siglo XIX, por lo tanto surgen preguntas emanadas de esta nueva visión:



¿Como interpretar estas viejas estatuillas japonesas? Extrañísimo casco, extrañas gafas, extraña figura... Un ser extraño al genero humano. ¿De donde procedía? Es sorprendente el parecido de esta cabeza esculpida en piedra de varios miles de años de antigüedad con los cascos de nuestros pilotos y astronautas, además de rasgos faciales de dudoso origen humano. 



Las trepanaciones aparecidas en cráneos muy antiguos y descubiertas en los rincones más dispares del planeta, sugieren la existencia de unas técnicas quirúrgicas, que luego desaparecieron, destinadas a fines médicos o tal vez esotéricos. Constituyen un enigma, hasta ahora insoluble, que ha generado encendidas polémicas entre los arqueólogos de diversas tendencias.





DISPAROS IMPOSIBLES



En el museo Antropológico de Moscú. Se puede observar el fósil de un bisonte de 10.000 años de antigüedad con un orificio de bala en el cráneo. Entonces solo nos surge una pregunta: ¿Quien se fue de safari hace 10.000 años con armas modernas? 





Un cazador de Neanderthal, cazado.



En 1921, el British Museum recibió un cráneo humano, hallado en curiosas circunstancias. Cuando los trabajadores de una mina de cinc de Zambia (antigua Rhodesia del Norte) se dedicaban a terraplenar una colina llamada Broken lilí, y que no medía más allá de veinte metros de altura, encontraron una galería obstruida que desembocaba en una caverna. La cueva estaba abarrotada de restos humanos, y todo daba la impresión de ser aquél un lugar de enterramiento prehistórico. Pero no se tuvo gran cuidado en la recuperación de los huesos: entre los pocos que llegaron a manos de los paleontólogos, se contaba un enorme cráneo humano de frente huidiza, grandes arcos superciliares y una estructura facial muy brutal y primitiva,de tipo netamente neanderthaloide. Pese a que no se pudo establecer una estratigrafía precisa, la antigüedad de los restos óseos era evidente.


Los paleontólogos colocaron al hombre de Broken Hill u hombre de Rhodesia que por ambos nombres se le conoce, en la estirpe filogenética humana, y le llamaron el Neanderthal africano. Pero estudiando el cráneo vieron dos cosas, una de ellas aparentemente inexplicable: aquel ser, que había vivido quizá hacía un millón de años, había sufrido una enfermedad mental. Y a ambos lados del cráneo presentaba dos orificios de igual diámetro, que dejaron perplejos a los expertos. A juicio del profesor Mair, de Berlín, parecían los orificios de entrada y salida que dejaría una bala moderna.

El enigma que esto planteaba parecía insoluble. Alguien aventuro una hipótesis en verdad peregrina: ¿Y si el hombre de Broken Hill hubiese sido un fósil superviviente, muerto de un disparo por un cazador moderno? Esto aparte de ser absurdo; no explicaba, su presencia en una caverna que llevaba cerrada, al parecer, miles de años. Y ante este hecho la Ciencia se encogió de hombros...


EL CRANEO DE MOIA

En Moya (Moia) en Barcelona - España, posee en su museo el cráneo de un hombre moderno: un ejemplar de la raza de Cro-Magnon, que vivió hace seis o siete mil años. Pertenece a un hombre de gran talla y edad avanzada para la época: aproximadamente 1,70 m de estatura y unos cincuenta años de edad. Procede, como el resto del esqueleto y otros esqueletos contemporáneos, de la cueva del Tolí, interesante cavidad subterránea recorrida por un curso de agua y que constituyó un albergue humano durante unos cinco mil años, desde los albores del Paleolítico hasta la Edad de Bronce. Los restos de animales (oso de las cavernas, tigre de dientes de sable, hienas e incluso huesos de rinoceronte lanudo) abundan en ella, junto con restos, humanos.

El esqueleto perfectamente conservado, cuyo hueso frontal presentaba una perforación perfectamente circular, que evocaba de inmediato la que produciría una bala moderna. El orificio era completamente circular, por lo que se descartaba que hubiera podido ser causado por una punta de lanza de sílex, que hubiera producido una fractura traumática irregular, estrellada. El ángulo de penetración del supuesto proyectil causante de la herida era de arriba hacia abajo y ligeramente de derecha a izquierda. El orificio se abría en el hueso frontal y daba directamente al seno frontal derecho en cuyo tabique del fondo no se apreciaba orificio de salida. Entonces el supuesto proyectil, por lo tanto, debió de quedar alojado en el seno frontal.


METALES FUERA DE TIEMPO

La esfera metálica.

En las últimas décadas, varios mineros sudafricanos han hallado numerosas esferas metálicas, algunas de las cuales presentan tres ranuras paralelas alrededor de su ecuador. Pueden dividirse en dos tipos: las primeras, de un metal sólido azulado con manchas blancas, y las restantes, huecas y repletas de un material esponjoso blanco.

Según Roelf Marx, director del Museo de Klerksdorp (Sudáfrica), en donde se guardan algunas de estas esferas, los objetos parecen artificiales, pero el estrato de roca donde fueron encontradas corresponde a una era en la que no existía forma de vida inteligente. Jamás he visto nada semejante". El científico señala que los depósitos en los cuales se produjo el hallazgo se formaron por sedimentación hace unos 2.800 millones de años, resultando de ellos un mineral bastante blando en comparación con el de las esferas, ya que su dureza es tal que no puede ser rayada por el acero.

El profesor de geología A. Bissehoff, de la Universidad de Potchefstroom, declaró que las esferas eran de aglomerado de limonita, un tipo de mineral férrico. Para entendernos, una masa compacta de roca redondeada formada por la cementación local alrededor de un núcleo. La hipótesis de Bisschóff no es coherente con la dureza del metal. Si las esferas fueran de limonita, un metal relativamente blando, admitirían el rayado mediante el acero, pero las misteriosas esferas parecen infinitamente resistentes. Además, los aglomerados de limonita aparecen en grupos y nunca aislados ni tan perfectamente redondeados.

Una de las esferas, como consecuencia de sus ranuras, llamó poderosamente la atención de los investigadores. Aunque se admita que las otras esferas sean de limonita, las mencionadas marcas apuntan hacia la acción de una mano inteligente. El hipotético autor habría vivido hace unos 2.800 millones de años, fecha correspondiente al depósito donde fue hallada.


El Florero metálico.

En su edición del 5 de junio de 1852, la revista Scientific American cita el descubrimiento de un florero metálico con forma de campana junto con otros materiales surgidos tras la voladura interna de una mina en Dorchester, Massachusetts. La mina, llamada también conglomerado Roxbury, pertenece al periodo precámbrico y tiene más de 600 millones de años. El "vaso" descubierto en Dorchester indica la presencia de artesanos del metal en América del Norte en tiempos más que prehistóricos. El presunto florero mide 12 cms. de altura, tiene un diámetro de 17 cms. y un espesor de tres milímetros. Está compuesto de un metal parecido al zinc con abundante cantidad de plata. Sobre su superficie externa hay seis figuras con una flor de plata pura incrustadas, al igual que ocurre en la parte inferior del florero.


El Clavo de hierro.

En 1844, el físico escocés Sir David Brewster informó a la comunidad científica del descubrimiento de un clavo incrustado en un bloque de piedra arenisca en la cantera de Kingoodie, Mylnfield - Inglaterra. El Dr. A. W. Med, del del Centro de Investigación Geológica Británica respondió a la consulta que Cremo y Thompson le hicieron en 1985, asegurando que la arenisca en cuestión tenía entre 360 y 408 millones de años. Brewster, en un informe enviado a la Asociación Británica para el Desarrollo de la Ciencia escribió: "La piedra en la cantera de Kingoodie está formada por capas alternas de una piedra dura y otra sustancia blanda arcillosa, llamada tilí (una especie de tierra). Tras retirar uno de los bloques para labrarlo posteriormente, los operarios vieron emerger entre el tilí que había encima del siguiente bloque de piedra la punta de un clavo. El hecho de que la cabeza del clavo estuviera enterrada en el bloque de piedra parece eliminar la posibilidad de que se hubiera introducido el clavo en el bloque después de retirarlo de la cantera.


Cadena de oro incrustada en carbón.

El diario The Morrisonville Times, en su edición del 11 de junio de 1891, ofrecía la siguiente información: "El pasado martes por la mañana, la señora SW Culp nos informó sobre un curiosisimo hallazgo. Mientras rompía un trozo de carbón para acomodarlo en la carbonera, descubrió una pequena cadena de oro de unas 10 pulgadas de largo incrustada dentro de un fragmento de carbón. Al principio, la señora Culp creyó que alguien habría dejado caer la cadena, pero cuando empezó a tirar de ella, el trozo de carbón se separó en dos partes, cada una pegada a un trozo de la cadena."

Según el Instituto Geológico de Illionois, el carbón donde se encontró la cadena tenía una edad de 260 a 320 millones de años. De ser así, en esa época tendrían que haber existido seres humanos con la habilidad y tecnología suficiente como para labrar el oro.


La Copa de hierro.

El 10 de enero de 1949, Robert Nordling envió la fotografía de una copa de hierro encontrada en 1912 dentro de un trozo de carbón procedente de las minas de Wilburton, Oklahoma (EE.UU.), a Frank Marsh, de la Universidad de Andrews, en Michigan (EE.UU.). La fotografía pertenecía a un amigo de Nordling, cuyo padre trabajaba en la Central Eléctrica Municipal de Thomas, Oklahoma. El hallazgo se produjo cuando un empleado de la compañía trabajaba junto a la caldera. Al golpear sobre el carbón, el fragmento en cuyo interior se hallaba la copa se rompió dejándola al descubierto. Según Robert O. Fay, del Instituto Geológico de Oklahoma, el carbón de las minas de Wilburton tiene unos 312 millones de años de antiguedad. Cuando Frank Marsh recibió la fotografía intentó encontrar al propietario de la copa, pero sus esfuerzos no dieron fruto porque el amigo de Nordling había fallecido y sus herederos desconocían el paradero del misterioso utensilio.

Años después, en 1966, Marsh inició una serie de contactos con el Dr. W.H. Rusch, profesor de biología de la Escuela Concordia de Ann Arbor, Michigan, al objeto de esclarecer el misterio, sin obtener éxito en sus pesquisas. Sea como fuere, es una auténtica tragedia no poder contar con esta preciada reliquia, ya que sin duda contribuiría a esclarecer algunos de los enigmas a los que se enfrentan los arqueólogos más audaces.


Tubos metálicos.

En 1968, Y. Druet y H Salfati afirmaron públicamente haber descubierto unos tubos metálicos semiovoides incrustados en unos depósitos de caliza cretácica de 65 millones de años de antigüedad de una cantera de Saint Jean de Livet (Francia). Tras considerar y rechazar varias hipótesis, Druet y Salfati llegaron a la conclusión de que en la época atribuida a la caliza en cuestión vivieron seres inteligentes.


Monedas prehistóricas.

En 1871, William E. Dubois, del Instituto Smithsoniano, informó del hallazgo de varios objetos manufacturados localizados en niveles muy profundos en Illinois. El primer objeto era una especie de moneda de cobre encontrada en Lawn Ridge, condado de Marshall, Illinois. En una carta a la mencionada institución, J.W. Moffit, operador de la perforadora, decía que descubrió la moneda a 40 metros de profundidad incrustada en depósitos arcillosos con una antiguedad entre 400.000 y 200.000 años. La presunta moneda tenía forma poligonal y estaba grabada por ambas caras. En opinión del investigador WE. Dubois, la uniformidad del espesor de la moneda se debía a que probablemente fue confeccionada en un taller. El contorno habría sido cortado con una cizalla y los cortantes fueron posteriormente limados. Esta moneda parece indicar que en América del Norte se desarrolló una civilización hace unos 200.000 años.


PISADAS FUERA DE TIEMPO

¿Prehistoria Errada?

Refiriéndonos a un tema netamente científico con respecto a los dinosaurios, sabemos que durante 135 millones de años dichos seres dominaron el Planeta Tierra por facultades y poder. Ningún ser humano vio jamás a un dinosaurio con vida, ni siquiera el Australopithecus, vínculo del hombre actual con sus antepasados. 

Ahora bien, hay ciertos misterios que sin ninguna explicación científica tiran al suelo estas teorías, como las huellas halladas en el Valle de los Gigantes (Texas, Usa). En el, se descubrieron unas pisadas perfectamente nítidas de un dinosaurio en el río Paluxy. Dichos terrenos datan del período cretáceo, a fines de la era mesozoica: 140 millones de años. En ese mismo lugar se halló la huella de un pie humano, como si ese hombre estuviese persiguiendo al gran saurio. Entonces, si ese hombre pudo ver un dinosaurio vivo no hay correspondencia con la teoría científica.

Lo cierto es que en el Valle de los Gigantes hay cientos de pisadas de dinosaurios de distintas especies, entre las cuales a veces aparecen numerosas huellas humanas de gran tamaño. Además, en 1931 se encontraron marcas de pies humanos que databan de 250 millones de años. Diez de ellas fueron halladas a algunos kilómetros al nordeste de Mount Vernon. La historia de la humanidad no siempre es como dicen los libros...


Las pisadas humanas de Laetoli, Tanzania.

En 1979, Mary Leakey, la esposa de Louis Leakey, uno de los antropólogos más importantes del siglo XX, encontró unas huellas humanas sobre ceniza volcánica en Laetoli (Tanzania). Las pisadas tenían una antiguedad aproximada de 3,6 millones de años y pertenecían a tres individuos. El hallazgo fue examinado por expertos en huellas, antropólogos y otros especialistas que aportaron sus conclusiones documentales al National Geographic y a otras revistas científicas.

La observación de las imágenes de las huellas revela que apenas difieren de las de un ser humano moderno. Sin embargo, es sorprendente que a pesar de que este hallazgo sugiera la existencia del hombre hace millones de años, los científicos han concluido que pertenecen al Australopithecus, pese a que las características de este homínido de hace cuatro millones de años no encajan con las citadas huellas. Mary Leakey, por su parte, dice que las pisadas podrían pertenecer a un simio cuyos pies guardarían un gran parecido con los del ser humano. Si se hubiera tratado de un hallazgo aislado, la hipótesis oficial tendría sentido, pero la existencia de utensilios artificiales localizados también en el periodo precámbrico, contradice su versión. Por tanto, la existencia de objetos que necesitan a un ser inteligente para ser fabricados refuerza la hipótesis de Cremo y Thomson: las pisadas de Laetoli son humanas y se remontan a cientos de millones de años atrás.


La huella de zapato.

En 1968, William J. Meister, dibujante y coleccionista de trilobites, encontró la huella de un zapato en terreno de pizarra cerca de Antílope Springs, Utah. La muesca apareció cuando Meister abrió el bloque de pizarra. En el interior de la huella se observaban fósiles de trilobites, unos artrópodos marinos ya extinguidos. La pizarra con la huella y los fósiles de trilobites tenían entre 590 y 505 millones de años de antigüedad. Meister describió su hallazgo en un artículo publicado en Creation Research Society Quarterly: "La marca del talón estaba incrustada en la piedra tres milímetros más que el resto de la huella. La pisada parecía pertenecer al pie diestro, porque el calzado estaba más desgastado en el lado derecho del tacón, como sucede en cualquier zapato de ese pie.'

En el mismo artículo se mencionaba también cómo el 4 de julio de 1969, el Dr. Clarence Coombs, del Columbia Union College de Maryland, y Maurice Carlisle, geólogo, visitaron el lugar del descubrimiento. Tras las excavaciones, Carlisle encontró, en el mismo nivel de la huella, una capa de barro que le convenció de la consistencia de aquella pisada fósil, ya que el barro demostraba que el pie ejecutor había estado alguna vez sobre la superficie. Sin embargo, los científicos rechazaron el descubrimiento argumentando que se trataba de una rareza, de un simple capricho de la erosión.


La suela de zapato.

El 8 de octubre de 1922, el diario New York Sunday American publicó un interesante artículo titulado: "El misterio de la suela de zapato petrificada hace cinco mil millones de años de antiguedad". Era una de esas informaciones que atrapan la atención del lector al instante. El autor, el Dr.W.H. Ballou-Ballou, explicaba que un ingeniero de minas y geólogo llamado John T. Reid se topó con la desconcertante huella mientras buscaba fósiles en Nevada. El examen de la misma reveló que se trataba de una huella correspondiente a un pie calzado, al que incluso se le adivinaban las marcas de hilo de coser y hasta las muescas generadas por el continuo roce del talón.

Reid trasladó su insólito fósil a Nueva York, donde intentó interesar a los científicos del Museo Americano de Historia Natural, aun que la respuesta que recibió fue tajante: "La huella es la mejor imitación de un objeto artificial que jamás hayamos visto'. A pesar de todo, confirmaron que el sedimento donde apareció la huella se formó en la era triásica. El veredicto de la clase científica no satisfizo a Reid, que encargó nuevos análisis y fotografías a un químico del Instituto Rockefeller. Las nuevas aportaciones dejaron poco espacio para la duda: la suela era obra humana. Pero, ¿quién fabricaba zapatos hace 200 millones de años?


ICA: LAS PIEDRAS MISTERIOSAS

Los cantos rodados hallados en Ocucaje (Perú) contienen mensajes de un pasado increíblemente remoto. ¿Por qué temen los arqueólogos aceptar su autenticidad?

Corría el mes de mayo de 1966. Al consultorio del doctor Javier Cabrera, situado en la Plaza de Armas del pueblo de Ica, llegó su amigo Félix Llosa Romero, llevándole un regalo. Se trataba de una piedra ovalada, de color negruzco y aristas redondeadas; tenía grabada en una de sus caras la imagen de un extraño pez y su peso era mayor del que, a primera vista, correspondía a su tamaño. Quedará muy bien como pisapapeles en tu escritorio, dijo Llosa, sin imaginar que su gesto amistoso sería el punto de partida de una larga investigación y de una polémica que iba a dividir a los estudiosos de la arqueología peruana.

No era ésta la primera piedra grabada que veía el doctor Cabrera. Treinta años antes, en la hacienda de su padre, una máquina que realizaba una perforación había extraído una piedra semejante de las profundidades de la tierra. Los obreros que realizaban el trabajo afirmaron que era una piedra inca; estaban habituados a desenterrar alfarería, metales y trozos de tela que daban testimonio de la orgullosa cultura que floreció en el Perú hasta la llegada de los españoles. El doctor Cabrera había olvidado el incidente, pero el gesto de su amigo hizo revivir su interés por las extrañas piedras y le preguntó dónde la había obtenido. Llosa le dijo que su hermano poseía una gran colección, proveniente del caserío de Ocucaje, donde un huaquero (campesino que realiza excavaciones arqueológicas clandestinas) las extraía por docenas.

Esto despertó la curiosidad del doctor Cabrera quien, a lo largo de los años, ha reunido una colección de miles de piedras grabadas. Y, lo que es más, ha realizado una interpretación, tan original como subjetiva, del posible significado de los grabados. Esta interpretación ha sido recibida con gran escepticismo por la arqueología y la antropología convencionales, pero, de ser cierta, revolucionaría todas las ideas actuales acerca de la antigüedad del hombre en la Tierra y también de sus orígenes.


Descifrando las piedras.

El doctor Cabrera descarta con firmeza la posibilidad de que las piedras hayan sido grabadas por los incas. En primer lugar porque según afirma, las piedras son muy anteriores al período en que los incas vivieron en Perú y, además, porque las piedras dan fe de conocimientos tecnológicos que los incas nunca poseyeron. En su enorme colección, el doctor Cabrera ha clasificado las piedras en diversos grupos, según los símbolos que presentan. Hay series que tratan de temas técnicos, otras de temas médicos, geográficos, antropológicos, zoológicos, etc. Esto no es tan fácil de apreciar para un lego; el doctor Cabrera ha atribuido significados a los símbolos que aparecen con cierta frecuencia en las piedras, y afirma que una pirámide, por ejemplo, simboliza una fuente de energía, mientras una hoja es símbolo de la vida, y una figura humana con determinados atributos representa a un hombre reflexivo, mientras si esos atributos faltan se trata de un robot. Hay series de piedras que describen con todo detalle la evolución de los dinosaurios, desde el huevo hasta la completa madurez; otras que relatan las incidencias de complejas intervenciones quirúrgicas, y otras que explican con todo detalle cómo era el planeta Tierra antes de las grandes convulsiones geológicas que le imprimieron su conformación actual.


La otra humanidad.

El doctor Cabrera ha bautizado a las piedras con el nombre de gliptolitos y califica a quienes las grabaron de humanidad gliptolitica. A partir de sus interpretaciones de los dibujos grabados en las piedras afirma que esa humanidad gliptolitica fue creada por una raza superior que llegó a la Tierra desde algún lugar del cosmos. Al llegar a nuestro planeta, esa raza no halló vida inteligente, y decidió crearla a partir de un primate emparentado con el lemur, llamado notharcus, que se extinguió hace 50 millones de años. En su libro El mensaje de las piedras grabadas de Ica (IntiSol editores, Lima, 1976), afirma: Mediante el trasplante de códigos cognoscitivos a unos primates que pertenecían a un tipo de primate muy inteligente generaron hombres. Aparentemente, las piedras dicen que había varias categorías humanas: los de mayor poder cognoscitivo son los que el doctor Cabrera denomina hombres reflexivos y científicos, por encima de los cuales se situaban, por supuesto, sus creadores, los hombres llegados del cosmos. Esta humanidad gliptolítica decidió fijar sus conocimientos en piedra (y otros materiales como metales preciosos, destruidos por la avaricia humana) para evitar catástrofes a los hombres del futuro y ayudarles a regir su vida de acuerdo con normas sabias y racionales. Uno de los primeros pueblos que lo hicieron fue, según el doctor Cabrera., el pueblo inca.


Una acequia misteriosa.

El descifrador de esta enciclopedia lítica afirma que los incas la conocieron y, aunque no estaban capacitados para entender su contenido a fondo a causa de sus rudimentarios conocimientos técnicos (pese a haber creado una compleja y eficaz organización social, los incas no conocían la rueda cuando llegaron los españoles a América) comprendieron que en cerraba conocimientos de gran importancia, que no debían trascender al pueblo llano. Entonces, con el propósito de impedir que las inundaciones periódicas del río Ica erosionaran las piedras y arrastraran los yacimientos, el inca Pachacutec mandó construir una acequia que canalizó el exceso de aguas del río. Esa acequia se conoce en Perú como la acequia Achirana, y la leyenda cuenta que el inca la hizo construir porque se había enamorado de Achirana, la hija de un cacique de la zona, y deseaba favorecer a su tribu para conquistar su corazón. Sin embargo, el doctor Cabrera apunta que en esa zona jamás hubo cultivos, ya que durante siglos estuvo cubierta de bosques espinosos, de modo que la acequia sólo pudo servir para preservar las piedras, y la tradición del enamoramiento del inca puede haber sido una cortina de humo destinada a disimular la verdadera finalidad de la obra. No obstante, resulta evidente que los gobernantes y sacerdotes incas prestaron mucha atención a la iconografía de las piedras, de las que habrían tomado el mito de Viracocha, antepasado mítico de los incas que había llegado por el mar y realizado grandes hazañas; Viracocha se correspondería así con imágenes que aparecen en los gliptolitos, de un hombre dando muerte a un dinosaurio (¿o dragón?), símbolo de valor y poderío.

Este contacto de las culturas preincaica e incaica con los gliptolitos explica, para el doctor Cabrera, la mezcla aparentemente arbitraria de objetos mortuorios hallados en las tumbas. En ellas, junto con objetos simples y toscos de la vida cotidiana (cerámica sencilla, mazorcas de maíz, telas rústicas) se encuentran objetos muy elaborados, que denotan una cultura y técnica superiores, como piezas de cerámica con complejos simbolismos, tallas en madera, objetos de oro delicadamente trabajados, telas finamente tejidas; esto significaría que los antiguos peruanos mezclaban los objetos que ellos mismos eran capaces de fabricar con otros, hallados, que habían sido fabricados por los hombres gliptolíticos durante el período terciario. Por otra parte, Santiago Agurto, arquitecto y ex rector de la Universidad de Ingeniería de Lima, posee también una colección de piedras grabadas, extraídas, al parecer, de diversos enterramientos pertenecientes a las culturas Paracas, Ica, Nazca y Tiahuanaco; esto confirmaría la sacralización de que fueron objeto las extrañas piedras por parte de aquellas sociedades.


Todo un manual de ciencia y tecnología.

En la piedra se ve una compleja operación de estomago. El cirujano manipula el órgano fuera del cuerpo, otro aparato mantiene en funcionamiento el sistema digestivo del paciente. 

Existe un acuerdo bastante general entre arqueólogos y antropólogos en cuanto a la antigüedad de la especie humana: el hombre apareció en el cuaternario, después de la desaparición de los grandes reptiles, como consecuencia de los grandes cambios climáticos que favorecieron la evolución de los mamíferos en perjuicio de los ovíparos. Pero el doctor Cabrera no comparte esta creencia. Basándose en que las piedras grabadas son, geológicamente, andesitas, o sea, piedras que se formaron en el período terciario, afirma que fue en ese período cuando los seres superiores que llegaron del espacio crearon a la humanidad. Hasta el momento, los análisis no han confirmado que los grabados sean estrictamente contemporáneos de las piedras; sin embargo, algunos microorganismos hallados en las ranuras de los grabados sí tienen una antigüedad de millones de años. Por otra parte, existen otros indicios, en la propia América Latina, que apuntan hacia una mayor antigüedad del hombre. En Argentina, en el siglo19, el paleontólogo Florentino Ameghino afirmó haber encontrado restos humanos en terrenos terciarios. En su momento, estos descubrimientos fueron considerados con escepticismo por el establishment científico. El mismo desinterés mereció un hallazgo, más reciente, del antropólogo Hernao Marín en Colombia: los restos fosilizados de un animal antediluviano (un Iguanodon) aparecieron misteriosamente asociados a un hombre de Neanderthal.

Uno de los elementos que confirman la creencia del doctor Cabrera es una piedra donde está labrado un mapa del mundo tal como era en el período terciario (esta piedra está re presentada en la portada de su libro). Allí, la forma y la disposición de los continentes es completamente diferente de la actual, algunas zonas parecen coincidir con los desaparecidos continentes de Lemuria y de la Atlántida, y considerando que la geología no supo hasta fines del siglo 19 y principios del 20 que los grandes cataclismos de fines del terciario habían provocado cambios espectaculares en la forma y disposición de los continentes, el doctor Cabrera sostiene que esa piedra sólo pudo ser labrada por hombres que vivieron en un planeta con esa configuración y que, además, poseían los medios técnicos necesarios para recorrerlo y observarlo desde grandes alturas. Las series de piedras que el doctor Cabrera considera dedicadas a reproducir complejas intervenciones quirúrgicas confirman, en su opinión, esa gran superioridad técnica. Hay gran cantidad de dibujos que representan, en su interpretación, trasplantes de órganos (en algún caso de los hemisferios cerebrales!). El doctor Cabrera asegura que las piedras muestran diversas formas de anestesia (gas, acupuntura) y explican las avanzadas técnicas quirúrgicas de los hombres gliptolíticos. También les atribuye la autoría de tumis (figuras de oro en forma de hacha ritual, con incrustaciones de piedras preciosas, que se han encontrado en tumbas precolombinas) que informan, por ejemplo, sobre el ciclo menstrual femenino. Hay un tumi que, según el doctor Cabrera, forma parte de una serie sobre la patología quirúrgica del ovario.

Por ahora, las teorías del doctor Cabrera no han encontrado demasiado eco en la comunidad científica. Algunos de sus adversarios han llegado a asegurar que Basilio Uchuya, el huaquero que ha proporcionado la mayor parte de las piedras al doctor Cabrera., es el único artífice de las mismas; según esta teoría, Basilio las graba, untándolas después con betún de los zapatos y quemándolas para darles una falsa pátina de antigüedad. Esta ingeniosa teoría no tiene en cuenta la edad de Basilio ni el tiempo que requiere fabricar una de estas piedras. El huaquero podría haber hecho, en toda su vida, unas 10000; pero son ya cerca de 40000 las que se han catalogado hasta ahora, y cientos de miles las que se suponen aún enterradas!

También es cierto que la aparición de cualquier grupo de objetos misteriosos representa un negocio potencial. Pero el doctor Cabrera se ha limitado a publicar sin grandes alardes los resultados de sus investigaciones. Además, su pequeño museo de la Plaza de Armas de Ica no recibe ni mucho menos la avalancha de visitantes que parecería merecer... Por otra parte, se diría que Basilio prefiere mantener un velo de misterio sobre su hallazgo; no es de extrañar que lo haga, teniendo en cuenta la durísima legislación que afecta a los hallazgos arqueológicos: el humilde huaquero se vería privado inmediatamente de su ya no muy lucrativo modus vivendi. No obstante, el doctor Cabrera no carece por completo de apoyo. El francés Chanoux, en su obra Enigma de los Andes, aseguraba que las piedras de Ica podrían ser la biblioteca de los Atlantes que han existido hace 50 millones de años. El periodista español J. J. Benítez, en su libro Existió otra humanidad (Plaza y Janés, Barcelona, 1977), hablaba del hallazgo de dos cerros artificiales que recubrían un pavimento de piedras grabadas, en un lugar cercano a Palpa (Perú) hacia el cual parecen apuntar nada menos que las líneas de Nazca...

De todos modos, hasta que no se demuestre de forma fehaciente la autenticidad y la antigüedad de las piedras grabadas de Ica, no se podrá dar una opinión definitiva sobre su su puesto mensaje y sobre la interpretación que de sus imágenes ha hecho el doctor Cabrera. El tiempo y una investigación más rigurosa le darán la razón a él o a los arqueólogos convencionales, que tanto desconfían de sus piedras grabadas de la era terciaria.



OBJETOS FUERA DE TIEMPO

La piedra tallada.

El 2 de abril de 1897, el diario Daily News de Omaha, Nebraska (EE.UU.), publicó un articulo titulado así: "Piedra tallada enterrada en una mina". El articulo decía que mientras los mineros estaban trabajando en la mina de carbón de Lehigh, en Iowa (EE.UU.), a una profundidad de 40 metros, uno de ellos halló un trozo de roca que no se correspondía con la circundante. La piedra en cuestión era gris oscuro y media unos 60 centímetros de largo, 30 de ancho y 10 de espesor. Sobre la durísima superficie de la piedra se observaban varias líneas dibujadas que formaban rombos perfectos.

En el centro de cada uno de los rombos aparecía representado el rostro de un anciano. ¿Cómo llegó esta piedra hasta allí? Los mineros que la encontraron insisten en que la tierra de aquella zona jamás había sido trabajada en las prospecciones. Un auténtico enigma protagonizado por un carbón que pertenece a la era carbonífera.


Muro de bloques.

En 1928, Atlas Almon Mathis estaba trabajando en un pozo a dos millas de Heavener, Oklahoma, cuando se topó con varios bloques de hormigón que quedaron esparcidos por el suelo tras una serie de detonaciones que se provocaron para abrir la mina. Los bloques, de 30 centímetros de lado, eran lisos y pulidos, tanto que parecían un espejo. A 100 o 150 metros de profundidad otro minero encontró otro muro parecido. La edad del carbón depositada en esta mina se calcula en 286 millones de años. Después de este incidente, la mina fue clausurada y sus trabajadores recibieron la orden de mantener silencio sobre tan sorprendente hallazgo.

Los investigadores Cremo y Thompson no pudieron contrastar la existencia del hallazgo, pero lograron desenterrar otros muchos testimonios de mineros que durante sus jornadas de trabajo bajo tierra se toparon con vestigios de un pasado remoto que a duras penas cuadraba con las cronologías oficiales. Una de estas historias se refiere a un minero llamado James Parsons, que trabajando junto a sus dos hijos se encontró con un muro de pizarra en una mina de carbón en Hammondville, Ohio (EE.UU.), en 1868. Según un articulo publicado por J. Jessup en 1973, el muro en cuestión era liso y tenía grabadas varias líneas rectas de jeroglíficos.


Esqueleto humano.

En diciembre de 1862, la revista americana The Geologist dio a conocer el hallazgo de una serie de huesos humanos hallados en un sedimento de carbón del condado de Macoupin, Illinois (EE.UU.). Los huesos estaban cubiertos por una corteza brillante muy dura, tan negra como el mismo carbón y con el aspecto de la pizarra, que tras ser retirada dejó los restos óseos al descubierto, presentando su estado natural.

C. Brian Trask, del Instituto Geológico de Illionois, dató el carbón en 286 millones de años. De ser así, los huesos supondrían una prueba de la existencia del hombre en fechas mucho más remotas que las admitidas oficialmente.


La pelota de caliza.

En abril de 1862, The Geologist publicó un informe que documentaba el descubrimiento de una bola de caliza hallada a 75 metros de profundidad en capas de lignito cercanas a Laon y pertenecientes al periodo terciario. En la capa de arcilla arenisca que se encontraba sobre el lignito se apreciaban varias formas fósiles.

Fue en agosto de 1861 cuando los mineros que trabajaban en un extremo del túnel vieron caer un objeto redondo desde la parte superior de la excavación. El objeto, esférico, tenía unos seis centímetros de diámetro y pesaba unos 310 gramos. Según Maximilien Melleville, vicepresidente de la Sociedad Académica de Laon y autor del informe, no hay duda sobre la autenticidad de la esfera. En sus presupuestos, lógicamente, no había lugar para la posibilidad de que el hombre hubiera existido cuando se formaron los lignitos de la cuenca de París. Si esta bola fue obra humana, la reticencia de Melleville estaría justificada, ya que supondría admitir que hace unos 50 millones de años una cultura inteligente habitó Francia.


Mortero y pistilo.

En 1877, el ingeniero de minas, J.H. Neale halló varias puntas de lanza que sobresalían de una roca muy oscura en Toulomne, California. Al examinar más detenidamente estas puntas encontró no muy lejos un pequeño mortero irregular de menos de diez centímetros de diámetro. A su lado descubrió un pistilo junto a otro mortero más simétrico. Neal afirma que es completamente imposible que estas reliquias hubieran alcanzado la posición en la que fueron encontradas en otro momento distinto al de la formación de los depósitos de grava, y antes de que se formara la capa de lava. Además, no se observaron huellas de perturbación alguna en la masa rocosa ni fisuras naturales que hubieran permitido la introducción de estos objetos a través de ellas. La posición de estos utensilios encontrados en Table Mountain indican que tienen una edad de entre 33 y 35 millones de años

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